SUDOR DE MANOS

Ya estamos a Martes y no es Martes cualquiera, es un Martes día 22 de Diciembre y por tanto, estamos a las puertas de las Navidades. Y un día como el de hoy debió pasar algo importante y porque me lo transmiten mis sensaciones. Ya sabéis que pasa cuando algo te transmite, que se te mete una bola en la garganta, pero que no te asfixia del todo, pues te deja un resquicio para seguir respirando, pero lo tienes que hacer más veces o como decimos los galenos, entras en un estado de taquipnea y al mismo tiempo, las glándulas salivales se disparan y te obligan a tragar continuamente.
También hay quién le llama, estado de ansiedad, pero a mi me pasa como a todos los ansiosos, que no reconocemos nuestro estado ansioso y debido a que no nos gusta que nos identifiquen como putos ansiosos y babosos.

Además el no reconocer ese estado va dentro del paquete ansioso y tal el como va la ligera taquicardia, la taquipnea, el exceso de saliva, las respiraciones entrecortadas y en algunos casos, el sudor de manos. Y hablando de sudor de manos, yo tuve una novia a la que le sudaban mucho las manos y por ese puto detalle siempre me acordaré de ella, bueno también por algunos otros, pues sería bastante triste que me acordara de una persona solo por su sudor de manos. Y la verdad y tengo el deber de reconocerlo, es que la cosa me daba bastante asco y aunque hacía intentos de superación, siempre acababa soltando su mano. A veces el tacto es el que manda sobre el resto de los sentidos  y una mano excesivamente caliente y sudorosa no es un plato de buen gusto.

Vamos, que tampoco por eso dejamos aquella relación o mejor dicho, ella dejó aquella relación tormentosa. Porque de aquellas yo estaba en época de calzonazos y me agarraba a aquella persona como si fuera mi único flotador. Creo que duramos juntos 4 años y uno, fue maravilloso y el segundo ya fue peor y el tercero y cuarto, mejor no hablamos, pues la peor de las torturas no tiene que ver con aquello, pero así son las cosas del vivir acojonado y muerto de miedo, que sigues pensando que más adelante, todo puede tener un arreglo. Pues no señor, no tuvo arreglo y además, por mi parte tuvo un final funesto y porque pensaba, que si aquella relación se iba al carajo, yo iba a ir detrás. Pues ya veis no fui detrás y es más, al paso de los años volví a levantar cabeza y claro ahora, me surge una pregunta: ¿como coño pude tener aquella relación? y sino lo sudaran las manos ¿la seguiría queriendo?.

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JULIO CORTÁZAR