Al fondo está mi Isla del Aire. Se distingue por la belleza de su silueta y por el Faro encendido. De día se puede ver que el faro está vestido con su pijama de rayas blancas y negras que a su vez, se van intercalando en un orden estricto (ahora blanco, ahora negro...). Y el rayo rasgando a su libre albedrío la cúpula celeste. Mi Isla del Aire, que no es mía, pero que yo me la hago mía y porque dada su belleza no me queda otro remedio. ¡Hombre!...su nombre también tiene su parte y ¿como puede ser una Isla hecha de aire?...Pues ésta está hecha de aire y de versos escritos a la luz de su hermoso faro o como ya dije en su día...y de esas lagartijas negras como el azabache y que son autóctonas de ésta diminuta Isla. Ellas existen a millones y al dar un paso sobre otro, hay que tener mucho cuidado y por el peligro de que pises unas cuantas. Son ágiles y rápidas. Son voraces y competitivas, pues por una miga de pan luchan agresivamente y mostrando músculo.
Bueno... la isla, la noche, el Faro, el cielo rasgado, el mar oscuro pero un poco iluminado por el rayo...... y yo me veo en el medio de la Isla atrapado por millones de Lagartijas negras que de cada vez me parecen más extraterrestres y más dispuestas a comerme entero y tal y como en la foto se comen un mendrugo de pan y empezarían por los pies y para lo último dejarían mi cabeza y porque dentro de su negrura veo la oscuridad de sus pensamientos e ideas y por eso sé, que me dejarían ver todo el espectáculo previo a mi muerte. Muy bien, yo firmo por su conservación y donde haga falta, pero que nadie me pida que pase una noche con ellas. Tienen dientes en sierra y sus dientes son de la textura del acero y una pierna de las mías se la comerían como mucho, en un par de horas...y sumando y sumando piernas, brazos, estómago, hígados, intestinos y demás... yo creo que en una sola noche dejarían mi esqueleto libre de carne y órganos...y entonces sí y entonces yo pasaría a ser parte (mi esqueleto) de la atracción para los guiris que nos invaden...
