Mi garganta no es tan profunda
como la más oscura de las noches
y en donde se crían flores que salen de las raíces y cloacas del más allá.
Mi garganta tiene dientes de acero y leche
a veces, muerde con todas sus ganas
y otras veces
succiona como una aspiradora en celo.
Mi garganta tiene tendones
y músculos que se tensan como cuerdas que tiran del barco
y tiene alma de duende que vive en las entrañas de las nubes más negras
que te puedas imaginar
Mi alma tiene alma
que suena a alma de otro mundo,
pero en realidad,
tiene raíces que llegan hasta el centro mismo, de la tierra.
Mi alma es suave y tierna,
no tiene cerebro
sino no tendría explicación algunas cosas que hago.
Pero como diría el otro
para eso tenemos nuestro cerebro
para pensar y dilucidar
y en cambio el alma está
para sentir y alucinar.
Todas las noches
me despido de ella con un tierno beso,
después la abrigo
y la acuesto en su sitio.
Ella duerme, por supuesto
dentro de su ALMARIO.

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