ALMARIO

 


Mi garganta no es tan profunda

como la más oscura de las noches

y en donde se crían flores que salen de las raíces y cloacas del más allá.


Mi garganta tiene dientes de acero y leche

a veces, muerde con todas sus ganas

y otras veces

 succiona como una aspiradora en celo.


Mi garganta tiene tendones

y músculos que se tensan como cuerdas que tiran del barco

y tiene alma de duende que vive en las entrañas de las nubes más negras

que te puedas imaginar

Mi alma tiene alma

que suena a alma de otro mundo,

pero en realidad,

tiene raíces que llegan hasta el centro mismo, de la tierra.


Mi alma es suave y tierna,

no tiene cerebro

sino no tendría explicación algunas cosas que hago.

Pero como diría el otro

para eso tenemos nuestro cerebro

para pensar y dilucidar

y en cambio el alma está

para sentir y alucinar.

Todas las noches

me despido de ella con un tierno beso,

después la abrigo

y la acuesto en su sitio.


Ella duerme, por supuesto 

dentro de su ALMARIO.

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JULIO CORTÁZAR