¡DE BUENA ME HE LIBRADO!

 



Ahora, que ya ha pasado largo tiempo,

te veo tan etérea como la suave niebla de un caluroso y pegajoso día de verano,

nada que objetar...

es tu historia y es tu vida

pero tengo que decirte algo que hoy te quiero decir.


 En éste momento siento un inmenso alivio dentro de mis carnes

y que me es imposible describir. 

Alivio y punto.

Y carne prieta y dura,

que al final, 

se convierte en carne flácida y relajada.


¡De buena me he librado!,

pienso en mis adentros más huecos y con más ecos,

y respiro a fondo y a toda máquina, 

y expulso el aire con la satisfacción del deber hecho.

¡De buena me he librado!... me repito... 

mientras observo el lento caminar de un barco 

y como va dejando su reguero de espuma blanca.


Has pasado por mi vida

como una exhalación más enfurecida que amable.

Entraste y saliste

y no has vuelto a entrar,

ni nunca más volverás a entrar.

Te recuerdo y para que nunca lo olvides... 

que mi lema vital ahora es

¡De buena me he librado!.


Pero todo esto...tú lo sabías,

no es nuevo, ni huele a nuevo,

ni me lo he sacado ahora de la puta chistera,

lo sabías por mis gestos, hechos, escritos y versos,

y ahora,

me clavas una estaca en el centro de mi comprensión.


En realidad me da igual,

me juré no criticarte más

(porque en fin, ¿qué me importa tu vida?)

yo lo que sé,

es que un día te quise

y ahora pienso y repito en plan zen

¡De buena me he librado!

y para celebrarlo me echo un pedo. 


Siento haber sido tan sincero y claro,

mi delicadeza está bajo mínimos

y me pueden más los hechos

que la hoguera de tus vanidades.

 las tonterías que escribes 

son tuyas y son tus tonterías,

por tanto,

sigue jugando con ellas

y también hazlo en los columpios.


Me pregunto

si alguien te ha reducido el cerebro,

 a lo mejor te picó un mosquito del nilo

y ahora tienes una meninencefalitis galopante

 que está dejando el cerebro seco y rechumido.


Ha sido bueno saberlo y comprobarlo

y por lo menos antes de que la espiche con todas las de la ley

he tenido la oportunidad de saber que tienes un cerebro de mosquito.


Bueno...¿pues que te puedo decir?,

¿qué más te puedo decir yo que tú no sepas?

pues...¡que te vaya bonito!

pero que pena

y mira que he estado torpe, ciego, imbécil y descerebrado.


Pero me vuelvo a reafirmar en mi último pensamiento

¡De buena me he librado!.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

JULIO CORTÁZAR