Acabo de leer una historia sobre un pobre tío que se llamaba Vladimir Komarov. Por supuesto ruso de pura cepa y además, de la estepa ruso siberiana. La cosa va de que éste año presente, se acaban de cumplir los 50 de su muerte (esto era en el 2.017). Y el pequeño articulo sobre el tío está muy bien. Hace una reflexión general sobre ese tío "casi héroe" de la madre Rusia y que al final murió como un perro, abandonado, triste (me lo supongo) y sólo en el espacio sideral. Y ésta reflexión que yo me marco no va contra Rusia en concreto y va contra todos los Estados y porque en aras y al servicio de su puta Patria y a lo largo de la historia, hubo muchos muertos que al final fueron héroes casi anónimos (nunca fueron reconocidas sus hazañas). Las Patrias tienen esas cosas, te ponen un himno, te dan una bandera a colores, te obsesionan con la idea de que tu patria es tuya y única y no lo es la del vecino y de que por ella hay que dar la vida y abrazar a la muerte con toda su cegueraa la navre espacial....
Pues en el caso concreto de éste pobre y desgraciado señor, lo que pasó es que era un astronauta con relativo nombre, pero tuvo la mala suerte de pillarle la guerra fría y claro, había que adelantarse a los yanquis en la carrera del puto espacio de mierda (en éste caso). Y por ese estúpido motivo, éste señor que había hecho sus pequeños pinitos en el espacio, pues de repente, a sus jefes del Kremlin les entraron las prisas y ya sabemos la razón. En éste caso en concreto, los yanquis iban más adelantados.
Así que un día cualquiera a un jefe del Kremlin se le ocurrió que podían ser más rápidos que los yanquis y pusieron en órbita a Vladimir y dentro de un cacharro espacial que fue improvisado hasta última hora (iban con mucho retraso y además, el propio Vladimir Komarov estaba en contra de como se hacía el proyecto y por chapucero), que naturalmente y por pura lógica acabó petando en el espacio estelar y a tomar por culo la nave de mierda y el Vladimir con ella. Pues ya veis, el tío iba para héroe y al final sus trocitos de carne y hueso siguen flotando por el espacio infinito. Lo que tocó Tierra era un amasijo de hierro candente y retorcido y con unas cucharillas fueron despegando lo que se suponían que eran pegotes de su carne humana, que como decía el articulista (el verdadero, no yo), al final enterraron un bulto que simulaba una raíz chamuscada y retorcida en ángulos imposibles y a eso le llamaron los restos de Vladimir Komarov.
Lógicamente todo la parte macabra de la película fue convenientemente ocultada por los jefazos del Kremlin. Pues aquí tenéis una triste historia, aquí tenéis otra demostración de que sea en Rusia, en USA o en Venezuela, no merece la pena entregar la vida de uno a cambio de una condecoración de hojalata y en conclusión: "que se suban ellos a la nave espacial que a mí me da la risa".
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