El otro día (no hace mucho) leí una noticia que más o menos decía así : "en el Estado de Ohio (USA) han aprobado dar armas a los ciegos" y lo han hecho porque era discriminatorio el puto hecho de no dárselas. Lógicamente el articulista, critica la decisión de ese Estado americano. Pero yo no estoy de acuerdo con el articulista (porque yo no soy lógico). Es más, empezaría el rearme de los ciegos por España e incluso les haría una entrega de un arsenal extra y para que siempre tuvieran recambios y lo haría a través de su organización, la Once. La Once que con su mano ciega llega a todos lados y por tanto es tan poderosa como el Estado.
Vamos a ver, si en éste pequeño pueblo en el que vivo, hay dos o tres ciegos (pongamos, tres) vendiendo cupones en la calle y durante todo el día, pues con un arma en la mano, ya sería la hostia el poder de los ciegos. Cabría la posibilidad de que hasta intentaran dar un golpe de estado, por eso hay que llevarse bien con los ciegos y hay que ayudarles a cruzar la calle cuando pasa un coche o no ponerles la zancadilla, porque los ciegos serán ciegos, pero el oído lo tienen fino no, finísimo y en su cerebro se quedan con tus pasos, con tu forma de andar o de hablar o de toser. Y si tú has faltado a un ciego por lo que sea y le has hecho una buena putada, pues el ciego si tiene un arma en su mano, te largará una ráfaga de metralleta y porque simplemente te lo has ganado a pulso o sea porque te lo mereces. Aparte que con 3 ciegos armados hasta los dientes en éste pueblo, funcionaría mucho mejor la cosa que con esa Policía Local de pacotilla y que nos toca padecer cada día.
¡Que más queremos!, que más queremos que una organización paralela controle nuestros desmanes y sin tener discriminación visual ninguna y ese es otro tanto, contra la discriminación. A los ciegos, no les hace falta la vista, pues ellos saben perfectamente que la maldad se nota en los andares, en el habla y hasta en los tosidos y carraspeos hipócritas. Y es que no hay ser más hipócrita en éste mundo, que el que ve pero no mira, que el que cree verlo y saberlo todo y en realidad no ve el bosque porque los árboles los lleva dentro de sus ojos. Y es que hasta el nombre no haría falta cambiarlo, seguiría siendo la Once: Organización Nacional de Ciegos con Escopeta. Por cierto aquí no entran los golosos, pues los golosos son diabéticos (y cuidado porque siempre se cuelan) y pueden quedar ciegos o no según le den al merengue que se hayan zampado.
Vamos a ver, si en éste pequeño pueblo en el que vivo, hay dos o tres ciegos (pongamos, tres) vendiendo cupones en la calle y durante todo el día, pues con un arma en la mano, ya sería la hostia el poder de los ciegos. Cabría la posibilidad de que hasta intentaran dar un golpe de estado, por eso hay que llevarse bien con los ciegos y hay que ayudarles a cruzar la calle cuando pasa un coche o no ponerles la zancadilla, porque los ciegos serán ciegos, pero el oído lo tienen fino no, finísimo y en su cerebro se quedan con tus pasos, con tu forma de andar o de hablar o de toser. Y si tú has faltado a un ciego por lo que sea y le has hecho una buena putada, pues el ciego si tiene un arma en su mano, te largará una ráfaga de metralleta y porque simplemente te lo has ganado a pulso o sea porque te lo mereces. Aparte que con 3 ciegos armados hasta los dientes en éste pueblo, funcionaría mucho mejor la cosa que con esa Policía Local de pacotilla y que nos toca padecer cada día.
¡Que más queremos!, que más queremos que una organización paralela controle nuestros desmanes y sin tener discriminación visual ninguna y ese es otro tanto, contra la discriminación. A los ciegos, no les hace falta la vista, pues ellos saben perfectamente que la maldad se nota en los andares, en el habla y hasta en los tosidos y carraspeos hipócritas. Y es que no hay ser más hipócrita en éste mundo, que el que ve pero no mira, que el que cree verlo y saberlo todo y en realidad no ve el bosque porque los árboles los lleva dentro de sus ojos. Y es que hasta el nombre no haría falta cambiarlo, seguiría siendo la Once: Organización Nacional de Ciegos con Escopeta. Por cierto aquí no entran los golosos, pues los golosos son diabéticos (y cuidado porque siempre se cuelan) y pueden quedar ciegos o no según le den al merengue que se hayan zampado.

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