Como si fuera un cuento mal contado
o una pesadilla mal digerida,
a veces me despierto en medio de la noche
y con el estómago pegado al cielo de mi boca.
Entonces...
arden mis oquedades y mucosas,
todo me abrasa como hierro candente,
todo se convierte en ácido que corroe mis entrañas
y aquellas ganas de quererte,
que hace tiempo tenía.

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