MIS DOS HERMANOS

 


Mi hermana siempre estuvo a la gresca y ojo avizor,

nunca relajada

a veces, faltona y desconfiada

muchas veces torpe de entendederas

otras veces, simplemente estúpida...

Decía que tocaba el piano,

pero delante de mí nunca lo tocó

nunca se sentía preparada 

pero sí estaba suficientemente preparada

para despellejar a los demás y de arriba abajo y sin piedad

(sobre todo a sus amigos).

Mi hermano 

el eternamente guapo y simpático

(eso se pensaba él)

con mucho mundo encima

pero con mucho más cuento añadido.

Gracioso para el que le riera las gracias,

hablador empedernido y repetitivo

pero más charlatán que hablador,

buen vendedor de humo y de baratijas imitadas,

poco sincero,

escapista de oficio,

él te metía en su rollo

y suerte si de allí salías vivo.

Abogado en sus horas más altas de efervescencia,

procurador en su puta realidad diaria

y juez cuando iba cocido y hasta las pestañas.

Y también salió artista,

tocaba la gaita y el violín,

la verdad,

es que las dos cosas le oí tocar,

yo del 0 al 10

le pondría un 5 pelado.

Pero que puedo decir  yo

que no soy artista de nada.

Total...que tenía dos hermanos

y porque un día y sin más me cansé

de tanto falserío

y los di por desaparecidos.

Y desde ese día 

tengo resuelto un tema muy importante en mi vida...


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JULIO CORTÁZAR