La suerte está echada.
En los próximos años no habrá más suerte,
sólo habrá maldiciones y desolación.
De la calle desaparecerán los viejos
y serán desfiles de jóvenes pensando que llegarán a viejos,
pero no llegarán...
la maldición está echada
y no habrá vuelta atrás.
Aquí no valen milagros
ni trucos de magia,
ni juegos tridimensionales llenos de luces...
será un país repleto de jóvenes
que odiarán la entrañable belleza de la vejez,
serán un ejército de estirados jóvenes
y un batallón persiguiendo la quimera de la eterna juventud.
En fin, no será un país para viejos.

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