En fin...
ni el verso, ni la vida,
ni el sistema, ni las penas.
Y yo mientras tanto
recogiendo cristales del ayer.
Es mi obligación como poeta,
desinfectar las palabras relacionadas contigo
ni tu nombre quedará en pie,
ni aquellas 3 o 4 mañanas y tardes,
ni siquiera aquél hermoso faro,
ni las rocas que nos cobijaron,
ni el mar bajo nuestros pies,
ni las olas que nos aturdían
ni toda la ternura de aquél atardecer...
Con todo haré una pira de leña
que será quemada
al llegar la noche...
por lo menos que tus recuerdos
sirvan para calentar mi cuerpo...

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