Hay quién aprende de sus errores
y de ellos...sabe extraer oro líquido.
Pero hay otros, entre los que me incluyo,
que siempre tropezamos en la misma piedra
y nos damos cabezazos contra el muro que tenemos enfrente.
Soñamos tanto y tan intensamente
que andamos como almas en pena
vagando por los mismos bosques
camuflados entre la espesa niebla de la mañana
y dando vueltas obsesivamente
y siempre en busca
de nuestra obsesiva utopía.

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