Yo creo que al final del final y no sé cuando será, ganaremos las fuerzas del mal: ganaremos los que no nos creemos nada, los apátridas, los que no llevamos banderas ni conocemos las fronteras, los que no obecemos consignas porque sí y porque yo lo quiero así, los irreductibles del poblado, los iluminados. Los emprendedores, no. Estos son punto aparte, pues viven de mercadear con sus ideas y entre las fuerzas del mal, no hay mercados y sólo hay intercambios de materiales. Yo que sé, que algún día por fin seremos ¡seres humanos!...y sino lo somos hoy, lo seremos mañana. ¡Joder!, que mal me sientan a mí los canutos de buena mañana.
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