No pretendo que me des la razón,
primero, porque pretender no es decidir
y segundo,
porque la razón siempre tendrá dos caras.
desde tu lado
la razón es evidente
y desde la mía
también lo es.
Y ¿donde se encuentra la verdadera cara de las cosas?
Supongo que se encontrará en el mismo filo,
justo entre tu cara y la mía
y dependiendo del viento dominante
y de la marea que a su vez dependerá de la luna
puede que la verdad esté de un lado o del otro.
Por tanto
la verdad siempre está en movimiento
y un día te favorece
y otro día te da la espalda.
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