Dejádme en paz, os pido yo,
dejádme descansar,
dejádme sonreír, llorar, sufrir,
morir...
y para después, volver a revivir,
porque no puedo tener descanso,
ni lugar, ni sitio,
ni quiero penas,
ni días de gloria
y todo y todo...
porque el mundo se me ha quedado estrecho
y aquel río tan caudaloso,
es un manantial dentro mis manos,
y aquella cumbre tan alta,
es una minúscula piedra clavada en mi globo ocular
y no puedo y no puedo...
y no puedo con tanta belleza
y porque la locura está dentro de mis intersticios
y ya forma parte de mi existencia.

No hay comentarios:
Publicar un comentario