MI CASA (Poema)

Me queda poco para dejarlo todo,
dejaré mi casa, y a mis vecinos, también,
aunque a estos,
 tampoco los echaré de menos.

Dejaré mi cama y mi baño,
y por supuesto, dejaré mi rico salón,
rico en pensamientos e ilusiones,
sí, ese salón del que cuelgan las palabras del techo,
y en que sus cuadros, son una sopa de letras,
y el olor a tinta fresca, a tinta china negra,
y el sonido de las teclas y su discontínuo martilleo,
y la música de fondo con esos cuatro bafles,
y mi estufa y mi mesa de pino y mis flexos,
y mi mirada tierna, y mi..., y mi...
¿donde va a ir todo esto?.

Supongo que daré con mis huesos,
en una casa alquilada o realquilada,
que más dá, lo que sea,
el caso es que mi casa la dejo,
y eso me causa desazón y miedo.

A veces yo sólo me reconforto,
y pienso que es un cambio transitorio,
y que sólo serán dos meses,
aunque para mi equivalen a dos años,
dos años infinitos,
y de nuevo me resitúo,
y me insisto, en que sólo serán dos meses.

Para superar esto,
voy a ir a una terapia de grupo,
donde nos juntaremos todos los sin casa,
y hablaremos de nuestra desgracia,
y nos consolaremos mutuamente,
para acabar, como siempre se acaba,
 emborrachándonos hasta la madrugada.

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