Tengo sensación de sanwich o de emparedado, pues estoy entre dos
guardias, hoy saliente y mañana entrante y así hasta el día 6 de Agosto y
que debe ser el día de la Virgen de los aparecidos, pues así es como
estaré yo ese día, aparecido desde el otro mundo. Hoy ya rallo
situaciones de arrastrado, busco por las esquinas a ver si encuetro
algo y desde hace una hora tengo en mi mano izquierda el último
cigarrillo que me queda, después ya tendré que salir a la calle a
buscarme la vidilla o atraco al ciego de la esquina, mejor dicho al tío
que vende los cupones de los ciegos, pues de ciego nada, en tal caso
viciosillo de los dulces o sea diabético de motu propio o directamente
asalto al banco en pleno día.
Tampoco es para tanto, digo yo, tratando de consolarme. Aún me queda
comida de reserva y sólo tengo un día por delante para cobrar la nómina y
eso es lo que me va durar la pasta éste mes, un día, después y de
inmediato, vuelvo a mis números preferidos o sea al negativo, pero
negativo profundo, digo profundísimo. Y es curioso pero lo que más me
altera, es pensar que no pueda fumar, el vicio es el vicio y puede en
principio mucho más que el hambre. O puedo aplicarme el mismo principio
que hago con el comer y fumarme lo que haya, por ejemplo mis pelos del
culo, los del pelo no, pues estoy rapado al cero o los pelos del perro o
como hacía de pequeño, hojas de parra secas y deshechas y liadas en
papel higiénico. Estoy seguro que se me quitarían las ganas de fumar
para siempre y en los siglos de los siglos, amén. Bueno con todos éstos
pensamientos positivos que me dan mucho ánimo y me entran ganas de
romperlo todo, pues me despido y no sin antes deciros: "que la vida es
dura si la intentas masticar, si sólo la tragas, la vida entra como un
supositorio" (Pensamiento confuciano).

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