Hoy es Viernes y día 14 de Marzo y que yo recuerde no es ningún día señalado en el calendario. Es un día cualquiera de invierno y está nublado. Un día amorfo y sin sustancia. Insustancial, se dice. Mirando el calendario solo veo dos días señalados. La Semana Santa y que es santa para quien se lo crea y el día del padre o día de San José. Por cierto que le día del padre si que es un invento, el de la madre tiene un pase, pero el del padre tiene delito. No hay fecha más impuesta que esa, los hijos se olvidan de semejante evento y no solo los hijos, también los mismos padres.
Porque al fin y al cabo, los padres somos actores secundarios en la película familiar. Si y ya sé que existen honrosas excepciones y que hay padres que son supermanes. Pero la generalidad nos dice lo contrario, que la madre es la gran protagonista y como dice el anuncio, pues "porque tú lo vales" y el padre se queda en segundo plano. Yo soy padre y a mucha honra, pero eso no quita que no sepa cual es mi papel. Las madres llevan el día a día, controlan, luchan y se dejan las pestañas en el esfuerzo. Los padres nos distanciamos de las funciones diarias y tomamos cierta distancia y normalmente actuamos cuando la madre se encuentra superada.
Me acuerdo de mi padre, que solo actuaba cuando mi madre se sentía impotente. Entonces salía el poder del trueno y esa voz amenazante que siempre te ofrecía una buena manada de hostias benditas. Pocas preguntas le pude hacer a mi padre sobre las miserias o alegrías del día a día. A mi madre tampoco, pero mi madre era mucha madre y si preguntaba demasiado, simplemente me estaba jugando el tipo. Tenía facilidad de disparo y su mano solía acabar en mi cara.
También es verdad que yo no soy como mi padre, ni mantengo esa distancia sideral con mis hijos. Procuro adentrarme en ellos, pero reconozco que quién más se adentra es su madre. Los hombres en esto, parecemos un ejército de reserva y que solo se activará si hay necesidades especiales. Nunca es tarde para cambiar, nunca es tarde. Por eso procuro reflexionar sobre el asunto y no solo reflexionar, también actuar. Y no es fácil, porque en definitiva, el papel del padre resulta más cómodo. Pero bueno, para eso estamos, para mejorar en lo que podamos.
Porque al fin y al cabo, los padres somos actores secundarios en la película familiar. Si y ya sé que existen honrosas excepciones y que hay padres que son supermanes. Pero la generalidad nos dice lo contrario, que la madre es la gran protagonista y como dice el anuncio, pues "porque tú lo vales" y el padre se queda en segundo plano. Yo soy padre y a mucha honra, pero eso no quita que no sepa cual es mi papel. Las madres llevan el día a día, controlan, luchan y se dejan las pestañas en el esfuerzo. Los padres nos distanciamos de las funciones diarias y tomamos cierta distancia y normalmente actuamos cuando la madre se encuentra superada.Me acuerdo de mi padre, que solo actuaba cuando mi madre se sentía impotente. Entonces salía el poder del trueno y esa voz amenazante que siempre te ofrecía una buena manada de hostias benditas. Pocas preguntas le pude hacer a mi padre sobre las miserias o alegrías del día a día. A mi madre tampoco, pero mi madre era mucha madre y si preguntaba demasiado, simplemente me estaba jugando el tipo. Tenía facilidad de disparo y su mano solía acabar en mi cara.
También es verdad que yo no soy como mi padre, ni mantengo esa distancia sideral con mis hijos. Procuro adentrarme en ellos, pero reconozco que quién más se adentra es su madre. Los hombres en esto, parecemos un ejército de reserva y que solo se activará si hay necesidades especiales. Nunca es tarde para cambiar, nunca es tarde. Por eso procuro reflexionar sobre el asunto y no solo reflexionar, también actuar. Y no es fácil, porque en definitiva, el papel del padre resulta más cómodo. Pero bueno, para eso estamos, para mejorar en lo que podamos.
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