y lo malo también puede ser peor,
y es que siempre hay un hilo invisible,
un hilo que ata la realidad a los sueños,
aunque a veces, se une a pesadillas,
y entonces, los sueños,
se van al país de nunca jamás,
y se convierten en trozos de una bola cristal,
y es verdad que soñador,
yo lo soy y lo soy mucho,
es más, vivo más tiempo colgado de un sueño,
que tocando lo que está a mi alcance.
Yo vivo en el mundo de los sueños,
y me cuesta mucho bajar de mi ensueño,
y puede y solo puede,
que yo viva rodeado de flores y de árboles frutales,
y de selvas y de selvas exóticas y tropicales,
y puede que yo sea de material inflamable,
y que de vez en cuando arda por dentro,
pues a veces, me duelen las vísceras,
y de mis órganos salen gritos de auxilio,
y es que yo vivo dentro de un mundo mágico,
y allí solo hay hadas y almas,
almas deseosas de paz infinita,
y de que nada ni nadie,
altere el mundo de los sueños.

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