LA "INFINITA" CAPACIDAD HUMANA

Me acaban de crujir por el medio. Ya se sabe, una de esas hostias inesperadas y que cuando te pillan relajado te dejan destrozado. Esto lo escribí ayer y como no fui capaz de continuar, pues nada que lo haré hoy. Es curioso, pero con un descanso por el medio las cosas se ven de otra forma y más si por el medio ha habido una buena dormida. A veces es difícil dejar que las cosas maduren durante unas horas, porque te puede la inmediatez y el querer resolver lo que no se puede resolver.

A medida que pasan los años te das cuenta que hay cosas imposibles de resolver, porque tienen mucho lastre, de años y años y se han ido complicando de tal forma, que  ya no sabes donde está el nudo más importante. Y eso duele, duele sino eres gilipollas y un trozo de corcho, pues es inherente a la condición humana el que todo se pueda resolver. No señor, vas dejando por el camino no ya asuntos pendientes, sino asuntos sin resolver, que serán ya parte de los misterios irresolubles.

Todos tenemos capacidades humanas y pensamos que éstas son infinitas y sino lo son, casi y abordamos todo y cuando en el todo hay una parte a la que ya no podemos llegar. Y sobre todo porque no eres solo tú el involucrado, suele haber una o más personas por el medio y cada uno con su historia y su película y ahí, está el verdadero problema, cada uno con sus conclusiones y necesidades y lógicamente es casi imposible que coincidan con las tuyas. Hay que saber levantar la bandera blanca de la rendición y ahí ya no hay más margen de negociación. O sea rendirse sin condiciones y aunque sigas lleno de razones.

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JULIO CORTÁZAR