LO SIMPLE Y LO COMPLICADO

La vida sigue su curso y yo no me lo quiero perder. Estoy dispuesto a todo, a caer y volver a levantarme, a caer y a ponerme de pie, con tal de seguir sus pasos e incluso a veces, ponerme delante de ella y decirle ahora vamos a ir por aquí. Porque es verdad que a veces te lleva por callejones sin salida y después te deja atrapado en ellos. Yo creo que no solo hay que dejarse llevar, hay que tener un sexto sentido y estar atento hacia donde te quiere llevar.

Es cómodo dejarse llevar, pero después se paga con creces. Y lo peor de todo, es que siempre hay algo que te avisa de que vas mal, siempre hay una intuición o un preaviso, de que por ahí no debes ir. Porque la intuición pocas veces falla y además la intuición como mejor y como más se activa, es cuando huele el peligro y de inmediato te manda esa sensación de desconfianza. Claro que no siempre y en todo momento, estamos dispuestos a luchar, pues somos humanos y como tales a veces necesitamos descansar, pero más adelante, seguro nos acordaremos de ese momento en que nos dejamos llevar.

Bueno, pues en esa tarea estoy, en la de no dejarme llevar por mis sensaciones, pues tengo claro que no voy a ningún sitio o al sitio a donde voy, es una trampa mortal. Cuesta y no es fácil, pues al mínimo descuido vuelve a entrar ese pensamiento al que quieres rechazar y vuelve y vuelve y vuelve. Y está claro que si vuelve es porque te ha hecho daño y ahora sangra y sangra y al final, simplemente lo tienes que dejar cicatrizar. Pero lo simple no siempre es fácil, lo simple a veces se complica y es más difícil de resolver que lo que es complicado desde su principio.

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JULIO CORTÁZAR