BALANCE POSITIVO

Ya son las 8 de la tarde y el día ha sido muy productivo. Osea balance del día, netamente positivo y sin tirarme faroles. No me hace falta tirarme faroles, pues después de pasar por procesos internos duros y sin ambigüedades, no me cuesta nada, decir que el día has ido bueno o malo. En mí y sobre todo en mí, no me gusta templar gaitas, ni andarme con paños calientes y pobrecito de mi y que pena me doy o que solo estoy. Pues de esas pamplinas ya tuve suficiente en otros tiempos no tan lejanos, pues me consolaba con mi propia pena y es más la vendía exteriormente y cuando me veía apretado y por cualquier  gilipollez de las que hacía, me defendía dando pena.

Ahora eso no me vale. Primero porque yo no siento pena por mi mismo, ni me gusta regodearme en ello. Y segundo, porque ahora que siento mis pilares bien asentados, soy incapaz de sentir pena por mi mismo y porque me es imposible engañarme de esa manera. Ahora prefiero lucir mis fortalezas y oír y ver y escuchar y hablar y sentir y de ahí sacar conclusiones. Hoy en día no arrastro las penas lastimeras, pues no me arrastro ante nada y nadie y menos ante mi mismo. Si quiero quererme, tengo que saber respetarme y si engaño, ya no me estoy respetando. Respectarse y quererse y ese es mi lema envolvente.

Y ya sé que hay días y días, pero en los días en que me quiero, me daría besos en la boca y me comería la p... Yo que sé, saltaría los charcos, subiría a las estrellas y jugaría con ellas, me abrazaría a mi mismo y cuando saliera la luna me vestiría con su traje blanco. Hay tantas cosas que podía hacer, que me pongo nervioso de los nervios y no atino a decir todo lo que pienso y quiero. Pero si podría deciros que cuando me meto en la cama siento esa calidez del que se encuentra satisfecho. Y yo, es así como me siento ahora. Pletórico y henchido como un pavo al que han emborrachado y para después comérselo. Pero mi carne es dura y muy dura, pues son muchos años los que tengo y eso pone la carne fibrosa y dura como el acero.