LOS FLOJOS

No hay cosa que no soporte menos que el flojerío. Me desquicia ver ese tipo de gente que hace que hace algo, pero que en realidad no hace nada. Y todo el tiempo que invierten en hacer que hacen, pues en ese tiempo se le va toda su energía. Y lo peor de todo, es que el día en que hacen algo y que suele ser muy poco, lo anuncian a golpe de bombo y platillo o a voces y con megafonía. Los flojos, se les llama.Y es que piensan que los demás somos tontos y que no nos damos cuenta de su escaqueo, sino hace falta ver lo que hacen o dejan de hacer, simplemente se les ve por su actitud vital.

Se les ve por su falta de interés, se les ve por su dejadez, por su falta de ganas, por su actitud y por hacerlo todo con suma desgana. Pero ellos piensan que no nos damos cuenta y siguen haciéndolo y supongo que será para cansarnos de decirles siempre lo mismo, que eres un flojo y un flojo de mierda. Y eso agota, cansa y harta y ese es el verdadero problema, que tú te cansas antes que ellos y al final y sin darte cuenta, vas cediendo y todo por no amargar tu existencia. Y nadie estudió esto científicamente y se dedicó a buscar un gen determinado, ese mismo gen que transmite el flojerío.

O que factores ambientales o familiares ayudan a padecerlo. Porque he visto casos de dos hermanos que son diametralmente opuestos y por tanto fueron educados de igual manera y uno sale espabilado y el otro sale flojo, pero flojo del todo. Y entonces y como todo, porqué no se realiza un estudio genético sobre éste mal de la humanidad o sobre ésta plaga divina. Porqué yo pienso que en esto si soy clasista y dividiría al mundo en dos partes. El mundo de los flojos o zánganos y el mundo de los espabilados. De no ser así, yo doy mi apoyo convencido a la fumigación masiva.

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JULIO CORTÁZAR