Yo duermo sobre mis propios sentimientos,y es que mi colchón está lleno de recuerdos,
de buenos y de malos recuerdos,
de días preciosos y con la arena mojada,
de sombras, de pinares, de frutales,
y de parras y de pajares,
y yo jugando con mi perro,
y con la misma ilusión del que no tiene dueño,
pero también hay otros recuerdos,
días de lluvia intensa
y de no poder salir a la calle,
y temblando como una hoja seca
y esperando pasar desapercibido,
ni abrir la boca, ni hacer ruido,
silencio y camuflaje
y desaparecer en el mundo de mis sueños,
y eso fue lo primero que aprendí,
a ser un desaparecido,
un cuerpo de niño que no está vivo,
o un cuerpo vivo que se quedaba sin latido.
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