A MODIÑO

Yo entiendo que alguien piense que yo me paso y entiendo que lo piense, pero no que lo diga. Porque si esa es una crítica de lo que escribo, entonces es que tenemos diferentes varas de medir y la mía es larga y lo es tanto, que no sé sus límites. Yo intuyo perfectamente cuando juego al borde las cosas, pero ese es mi juego preferido y sino lo hiciera creo que no escribiría nada. Yo nací, no para ser un borde, pero sí para andar por los bordes, de todas formas si alguien me considera un borde, pues es mejor a que me considere una ovejita que sólo bala.

Prefiero no andar por las ramas e ir directamente al grano. Y también prefiero llevarme a las cosas a mi extremo y desde allí analizarlas y porque todo está mediatizado desde el otro lado. Si consigo sacar las cosas de quicio, para mi es una victoria y porque eso supone que el esquema con el que nos han educado se ha roto. Mi función no es el educar en la democracia, mi función es exigir la democracia, bueno entre muchas otras, porque mi principal función es que sepamos que la cabeza la tenemos en ese sitio, para ver, oír y pensar.

Yo reivindico cerebros que piensen por si mismos y que tengan sus propios criterios y lo que no les guste que luchen por cambiarlo. Yo lucho por el inconformismo y para que sirva de motor de cambio y porque si te conformas con lo establecido, no cambiarás nada, simplemente te adaptas a lo que hay. Y hay tantas cosas por las que luchar, que me agobio con sólo pensar en la larga lista de cosas que nos quedan por hacer. Pero como se dice aquí, poc a poc (poco a poco) o en gallego, a modiño (despacito).
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JULIO CORTÁZAR