Hoy para mi es un Lunes y un Lunes como cualquier día y ya sé que es día 8 de Septiembre y por lo tanto vamos a lo importante, que es un día menos de Vacaciones. Estoy en el ecuador de mis vacaciones, pues faltan otros 8 días para volver al tajo y ahora empieza el descuento. Y en el ecuador de mis vacaciones es obligatorio el plantearse, el si estoy cumpliendo mis objetivos. Bueno, pues hay de todo, hay cosas que sí y otras que no, pero en lo fundamental, que era descansar mi cerebro y mi cuerpo, creo que lo estoy cumpliendo.
Ayer tuve un día raro, tal como si yo me nublara igual que el día, pero simplemente lo achaqué al cansancio y hoy pude comprobar que efectivamente estoy de nuevo por mis fueros. Hoy también está nublado y eso aumenta las calores y los sudores, pero hoy no me afectan como ayer. Hoy es un día en que yo podría cambiar el mundo, sólo haría falta que los demás me hicieran caso y por tanto que siguieran mis pasos y así entre todos darle la vuelta a la tortilla.
La vuelta a la tortilla yo se la daré, pero a la tortilla francesa que me toca comer. No está el horno para bollos, está caliente pero no lo suficiente, falta la chispa que haga prender la mecha, falta un pequeño acto que revolucione las mentes. Históricamente siempre pasa lo mismo, están las condiciones puestas para que todo estalle y no pasa casi nada, hasta que de repente un tío se inmola o se corta los huevos y comienza el plato fuerte, empieza la siempre revolución pendiente. Y digo, siempre, pues esa revolución nunca cumple sus metas a tope, cumple algunas y por tanto, habrá que hacer otra revolución. Así es la vida, cuando ya obtienes un objetivo, otro nuevo se te presenta.
Ayer tuve un día raro, tal como si yo me nublara igual que el día, pero simplemente lo achaqué al cansancio y hoy pude comprobar que efectivamente estoy de nuevo por mis fueros. Hoy también está nublado y eso aumenta las calores y los sudores, pero hoy no me afectan como ayer. Hoy es un día en que yo podría cambiar el mundo, sólo haría falta que los demás me hicieran caso y por tanto que siguieran mis pasos y así entre todos darle la vuelta a la tortilla.La vuelta a la tortilla yo se la daré, pero a la tortilla francesa que me toca comer. No está el horno para bollos, está caliente pero no lo suficiente, falta la chispa que haga prender la mecha, falta un pequeño acto que revolucione las mentes. Históricamente siempre pasa lo mismo, están las condiciones puestas para que todo estalle y no pasa casi nada, hasta que de repente un tío se inmola o se corta los huevos y comienza el plato fuerte, empieza la siempre revolución pendiente. Y digo, siempre, pues esa revolución nunca cumple sus metas a tope, cumple algunas y por tanto, habrá que hacer otra revolución. Así es la vida, cuando ya obtienes un objetivo, otro nuevo se te presenta.
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