Y hoy tengo partido de padel y me voy a vengar de que ayer perdiera España y voy a aplastar al enemigo como una cucaracha pisada. La táctica y la estrategia son las que valen y si mi meta es ganar y en segundo lugar, jugar, pues eso es tan respetable como cualquier postura que se tome. Yo nací competitivo y después la puta vida me enseñó a serlo más y por puro instinto de supervivencia. Yo de pequeño me tuve que pelear con gente más alta y con más años que yo y tuve que aprender trucos para ganar esas pequeñas batallas.
Aprendí rápido a morder, a pellizcar, a retorcer los huevos ajenos y cuando estaba casi vencido y doblegado, sacaba y como última instancia, mi repertorio de trucos triunfadores. Infalibles trucos y aprendidos por mi mismo en el fragor de tantas batallitas, nadie me enseñó nada, bueno mi hermano mayor me enseñó uno y que consistía en como doblarle bien la muñeca a mi enemigo. Ante lo que eran para mi gigantes, tenía que usar armas destructivas y no hay mejores armas que las que van al centro de su punto débil, los huevos o los cojones.
También valía meter un dedo en el Ojo o varios y un buen mordisco también era sumamente agradecido y éste preferiblemente en las partes del cuerpo más sensibles. Después estaba la Muñeca, el Cuello y hasta las Fosas Nasales, todo valía en la viña del señor, pero más o menos mis preferencias iban en el orden antes descrito. Pero bueno también tuve mis derrotas, pero eso sí, siempre fueron caras, pues el tío podía ganarme, pero seguro que con ojo negro o con los huevos como buñuelos. Si por algo me identifico, es que soy peleón desde mi nacimiento y por suerte, sigo siéndolo.
Aprendí rápido a morder, a pellizcar, a retorcer los huevos ajenos y cuando estaba casi vencido y doblegado, sacaba y como última instancia, mi repertorio de trucos triunfadores. Infalibles trucos y aprendidos por mi mismo en el fragor de tantas batallitas, nadie me enseñó nada, bueno mi hermano mayor me enseñó uno y que consistía en como doblarle bien la muñeca a mi enemigo. Ante lo que eran para mi gigantes, tenía que usar armas destructivas y no hay mejores armas que las que van al centro de su punto débil, los huevos o los cojones.También valía meter un dedo en el Ojo o varios y un buen mordisco también era sumamente agradecido y éste preferiblemente en las partes del cuerpo más sensibles. Después estaba la Muñeca, el Cuello y hasta las Fosas Nasales, todo valía en la viña del señor, pero más o menos mis preferencias iban en el orden antes descrito. Pero bueno también tuve mis derrotas, pero eso sí, siempre fueron caras, pues el tío podía ganarme, pero seguro que con ojo negro o con los huevos como buñuelos. Si por algo me identifico, es que soy peleón desde mi nacimiento y por suerte, sigo siéndolo.
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