Yo la verdad, es que no tengo puta idea que será de mi, si moriré aquí, en ésta Isla o moriré en cualquier sitio de la Península. Aunque eso es lo que menos me preocupa, me preocupa más que proyectos tengo hasta mi finiquito. Y no está mal el preguntarse eso en ésta época de la vida y por eso de que puede, puede no, es la traca final. Sí, podría soltar una retahíla de deseos, yo que sé, los de siempre, que si dar la vuelta al mundo, que si enamorarme como un piojo, que si culminar el Himalaya y sin tan lejos, que dios me perdone por todos mis pecados (qué es lo más difícil).
Es curioso esto, porque digo cosas que podría decir la mayoría de la gente, es decir son deseos generales y que ninguno se sale por la tangente. Pero bueno yo también sor una persona normalita, aunque de vez en cuando se me escape la pinza, en el fondo sólo soy un ser humano más. Porque los tres pilares fundamentales para ir por la vida ya están hechos y están cumplidos. He tenido tres hijos, he plantado un millón de árboles y tengo tanto escrito, que puedo hacer varios libros.
Tengo la sensación de deber cumplido, pero eso no me llena, necesito tener más. Mi madre me educó en la ambición y parece mentira que a éstas alturas de la vida me resuenen por primera vez sus palabras. Claro que hay la ambición ciega y la ambición controlada y yo prefiero ésta última, la ambición que no hace daño.Yo tengo ambición por disfrutar y no por llegar a la cúspide. Yo tengo ambición por ser mejor persona y no por escupir a los demás, aunque tengo que reconocer que a algunos, les escupiría en la cara, les pisaría la cabeza y se la arrancaría de cuajo.
Es curioso esto, porque digo cosas que podría decir la mayoría de la gente, es decir son deseos generales y que ninguno se sale por la tangente. Pero bueno yo también sor una persona normalita, aunque de vez en cuando se me escape la pinza, en el fondo sólo soy un ser humano más. Porque los tres pilares fundamentales para ir por la vida ya están hechos y están cumplidos. He tenido tres hijos, he plantado un millón de árboles y tengo tanto escrito, que puedo hacer varios libros.Tengo la sensación de deber cumplido, pero eso no me llena, necesito tener más. Mi madre me educó en la ambición y parece mentira que a éstas alturas de la vida me resuenen por primera vez sus palabras. Claro que hay la ambición ciega y la ambición controlada y yo prefiero ésta última, la ambición que no hace daño.Yo tengo ambición por disfrutar y no por llegar a la cúspide. Yo tengo ambición por ser mejor persona y no por escupir a los demás, aunque tengo que reconocer que a algunos, les escupiría en la cara, les pisaría la cabeza y se la arrancaría de cuajo.
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