REORGANIZARSE

Fin de ciclo, fin de otra historia y ahora pasemos a la siguiente. ¿Y cuál será la siguiente?, la reorganización de los sentimientos y el tratar de ordenar los pensamientos. La que hoy he cerrado, era una fase de erupción volcánica y se trataba de vaciarse uno por dentro o sea de vomitarlo todo y si para ello tenía que romper mis moldes aprendidos, pues mejor. En cierta forma era una fase de caos y sin orden y la única premisa era el ahondar sin ataduras.

O sea fue meter el dedo en la llaga ajena y propia y sin importar las consecuencias. Pero una fase tan fuerte, a largo plazo puede producir muchos efectos secundarios  y yo correr con el peligro de que mi equilibrio mental se altere. Y ¡coño!, no está el horno para bollos, hace dos años y medio me pusieron en la puta calle y después de estar encerrado un mes en el loquero, vamos que no me echaron, sino que me dieron el alta. Pero el alta de esa manera, pues iba con la dejadilla de posibles recaídas y por eso me pusieron un psiquiatra de control.

Un psiquiatra de cabecera, que cumplió su papel, pero del que también pasé página. Yo ya estoy estigmatizado y soy un loco del coco o eso pone en el prospecto. Por tanto de vez en cuando, hay que reequilibrarse e ir apretando las tuercas que se van soltando. O sea tengo que pasar periódicamente por la ITV del coco y sobre todo tengo que saber cambiar de acera y cuando una cosa se hace repetitiva, ¡cuidado!, porque puede que ser que me raye y me emparanoie. Y no sé lo que soy, si soy obsesivo compulsivo y con algo de depresivo o soy el tío más alucinado de la Tierra.