Yo vivo de espejismos, vivo de creer que lo que tengo delante es verdadero y al final y muchas veces, es falso. Puro falserío bien disimulado y camuflado y lo peor de todo es que siempre caigo y caigo en la misma trampa. No escarmiento, es como si me gustara darme de cabezazos contra los mismos muros. Supongo que con eso ya se nace, que nadie te enseña a esparcir tus sesos sobre la hierba y por tanto, desde que sales al mundo te dices, tío te toca luchar contra lo imponderables.
Y en esa batalla he estado metido toda mi vida. Luchar por un objetivo claro, pero que en el fondo no está tan claro, yo los hago claros y a base de putos engaños. Si luché, luché y mucho, por tener buenos y grandes amigos, y resulta que a veces me dejé llevar por mi desidia y desperdicié esas oportunidades y en otras, lo que yo pensaba que eran amigos, resultó que eran muñecos de trapo o sea que mantenían la posturita como reclamo, pero en cuanto les pedías algo, se desinflaban como globos pinchados.
Yo no pretendo sentar cátedra de nada, sólo pretendo decir el dolor que tengo dentro y por lo tanto, manifestar esos sentimientos. Y hablé de la amistad, pero lo mismo podía hablar del amor y de sus malditas consecuencias o del humanismo o mismo del compañerismo, porque al principio, yo era de los que proclamaba y a los cuatro vientos, ¡qué vivan los compañeros! y con el paso del tiempo, la mayoría de mis compañeros se convirtieron en ratas. Pero a pesar de todo esto, yo no puedo renunciar a como soy y sigo creyendo igual en la amistad, en el amor y en el humanismo.
Y en esa batalla he estado metido toda mi vida. Luchar por un objetivo claro, pero que en el fondo no está tan claro, yo los hago claros y a base de putos engaños. Si luché, luché y mucho, por tener buenos y grandes amigos, y resulta que a veces me dejé llevar por mi desidia y desperdicié esas oportunidades y en otras, lo que yo pensaba que eran amigos, resultó que eran muñecos de trapo o sea que mantenían la posturita como reclamo, pero en cuanto les pedías algo, se desinflaban como globos pinchados.Yo no pretendo sentar cátedra de nada, sólo pretendo decir el dolor que tengo dentro y por lo tanto, manifestar esos sentimientos. Y hablé de la amistad, pero lo mismo podía hablar del amor y de sus malditas consecuencias o del humanismo o mismo del compañerismo, porque al principio, yo era de los que proclamaba y a los cuatro vientos, ¡qué vivan los compañeros! y con el paso del tiempo, la mayoría de mis compañeros se convirtieron en ratas. Pero a pesar de todo esto, yo no puedo renunciar a como soy y sigo creyendo igual en la amistad, en el amor y en el humanismo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario