¿QUERER O NO QUERER?

Vamos a ver una cosa, ¿si no te quieres tú, quién te va a querer más?. Nadie, nadie puede quererte más que tú a ti mismo, nadie te conoce mejor, nadie sabe tan bien como tú, lo te gusta y lo que disgusta, lo que quieres y lo que no quieres, lo que te repugna o lo que odias, lo que significa para ti la luna llena o los amaneceres dorados o los anocheres en los Faros. Yo que sé, podía escribir un libro sobre esas cuestiones, pero no todo en la viña del señor son ventajas, pues, como se dice, también es necesario discernir un poco.

O sea también viene muy bien el tener otro punto de vista de un ser próximo y a lo mejor el bañarte en pleno temporal no es un plato de buen gusto, pero si la otra persona te incitó a hacerlo, pues puede ser que al final le cojas gusto a la cosa y después te entusiasme bañarte en pelotas en los tsunamis. Yo, como ya viví de todo e hice casi todas las estupideces del mundo y de parte del Universo, sé de que hablo. Yo, por amor he llegado a tragar películas innombrales, he subido montañas cuando subirlas me daba por el culo, he nadado kilómetros en agua fría y entre témpanos de hielo, he bailado cuando bailar a mi me repatea.

Es decir, he hecho de todo y lo hice de aquellas, todo contento y como si hacer esa estupidez de turno fuera a salvar el mundo. Ahora las otras personas que a través de los tiempos estuvieron a mi lado, también tragaron millas de mis estupideces. Porque a eso no hay quién me gane, a hacer el estúpido, el crío, el descerebrado, pero siempre acompañados con la música de fondo, de risas y risas y el llorar con las risas.

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JULIO CORTÁZAR