LAS CARRETERAS TIENEN CUNETA

La pregunta del millón es: ¿quién es el guapo que no se ha llevado palos en la vida?. Palos, palos, yo los he llevado por todos los lados, también los he dado y no sé si una cosa compensa a la otra y puede que así sea, pero lógicamente a mi pesan más los palos que he llevado. Los que se dan de alguna manera los ves como una cuestión de que no te quedó otro remedio o de que las malditas circunstancias te empujaron a ello. No sé, pero siempre te buscas una causa o excusa externa y como si tú en estos casos, no tuvieras el poder de tomar una decisión.

Es que la tía era mala con ganas y era perversa y hasta te convences que en el fondo, se lo merecía y tú te dices, pobrecito de mi, que por mis circunstancias tuve que hacer daño a la otra persona. Y eso duele y sino no duele mucho, te haces más la víctima y para librarte de la estúpida culpabilidad. Ay!! si te viera la otra persona, esa que has dejado tirada en la cuneta, te partiría la cara y también la jeta. Vamos que cada uno se justifica como puede, ahora en el caso contrario, ya consideras que no hay ninguna justificación.

Lo único que piensas y sientes, es que esa persona era una hija de puta, una cabrona desalmada y una tía sin principios, un monte de mierda, una Serpiente y una Culebra rastrera o una Hiena o.... Pero ¡coño! si el jodido eres tú, también es normal que no le encuentres a la otra persona justificaciones del porqué te ha dejado, porque ¿que causa o razón puede haber más importante en éste mundo que tú?. El problema real, es que en el fondo y en la superficie, no somos seres claros y auténticos, mentimos más que hablamos, dudamos pero no lo decimos y lo peor de todo, es que nos encanta que alguien esté colgado de nosotros, pero llega un momento en que ese colgado molesta y entonces, es cuando te acuerdas que las carreteras tienen cuneta... 

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JULIO CORTÁZAR