Ya sé que hoy estoy como demasiado serio y preocupado, pero ¡coño! acabo de salir del curro y aún tengo puesto el chip de currante. Me cuesta un rato relajarme y sobre todo después de currar en una semana, lo que tenía que currar en un mes. Pero el fin justifica los medios y si el fin es casi un mes de vacaciones, creo que merece la pena joderme ahora como un león enjaulado. Y ayer no hubo grandes cosas, infartos y un atragantamiento con carne. Una pobre y vieja señora de 95 años y por supuesto ya sin dientes y por eso se le quedó el trozo de carne en el medio de su gaznate.
Pero el trozo de carne salió y salió disparado, pero solo parcialmente, pero fue suficiente para que pudiera respirar. Lo de los Infartos, como hoy en día es de lo más común, ya nos tomamos los Infartos como una puta rutina y eso es lo más peligroso que nos puede pasar, la puta rutina. La rutina te hace sentirte cómodo y complaciente, pero esa misma complacencia te va apagando las alarmas que en teoría deben ponerte con las orejas en punta y con ese subidón de adrenalina que te pone en estado de alerta.
Y el estar en ese estado las 24 horas del día, claro que quema y quién diga lo contrario, es que miente como un bellaco. Pasar de cero a cien, lo hacen muy bien los coches, pero nosotros no somos putas máquinas inhumanas y cada subidón se acompaña de una fuerte bajada y para ese trote los humanos, no estamos preparados. Los humanos, como yo, sólo estamos preparados para fumar un sabroso cigarrillo después de un polvete placentero. Para eso, ¡sí que estamos preparados!.
Pero el trozo de carne salió y salió disparado, pero solo parcialmente, pero fue suficiente para que pudiera respirar. Lo de los Infartos, como hoy en día es de lo más común, ya nos tomamos los Infartos como una puta rutina y eso es lo más peligroso que nos puede pasar, la puta rutina. La rutina te hace sentirte cómodo y complaciente, pero esa misma complacencia te va apagando las alarmas que en teoría deben ponerte con las orejas en punta y con ese subidón de adrenalina que te pone en estado de alerta.Y el estar en ese estado las 24 horas del día, claro que quema y quién diga lo contrario, es que miente como un bellaco. Pasar de cero a cien, lo hacen muy bien los coches, pero nosotros no somos putas máquinas inhumanas y cada subidón se acompaña de una fuerte bajada y para ese trote los humanos, no estamos preparados. Los humanos, como yo, sólo estamos preparados para fumar un sabroso cigarrillo después de un polvete placentero. Para eso, ¡sí que estamos preparados!.
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