ESCLAVO

Si uno es capaz de reconocer que fue y es un alcohólico y un drogadicto, lo primero que hay que reconocer, es que uno es sincero consigo mismo. Lo segundo que ya tiene integrado ese chip de que lo eres. Y lo tercero, que por alguna cosa o algún motivo, vas y te descuidas, volverás a recaer. Porque lo más difícil de todo, es el asumir que uno no puede volver a probar ninguna de esas sustancias y con el consabido, yo controlo y sé lo que me hago.

Hay una parte de cada uno que se hace, es decir que por el camino se hace alcohólico, pero hay otra parte que no sabes controlar y que forma parte del misterio genético, es que ya naciste con las cartas marcadas. Y si ya los dos factores se suman y como te dejes llevar, nadarás en cubas de vino y te ahogarás en ellas. Y ante esto, si ay opciones, pero todas pasan por la misma solución, que no puedes volver a probar en tu vida ni una cosa ni la otra.

¿Y qué pasa?. Pues no pasa nada más que lo que pasa, que tienes que darle la vuelta al coco y discernir claramente que para divertirte o para relajarte, no necesitas alcohol de 40º, ni otras sustancias que te seden o que te calmen o que te incrementen la marcha. Fácil de decir y que difícil es de hacer, pero así son las cosas y o entras a trapo y a fondo en ellas o seguirás engañándote igual que antes. Yo pensaba que dominaba a las drogas y fue al revés, las drogas me hicieron su esclavo y yo odio el ser un esclavo de algo o de alguien.

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JULIO CORTÁZAR