A veces por lo que digo y maldigo, no sé... debo dar aspecto de tío legal y hasta la médula, pero la cosa no es tan así y porque soy legal pero hasta cierto punto. Es decir, si me tocan los cojones me convierto en un bicho y de bicho paso inmediatamente a cabrón y es que en ese aspecto me siento mariposa y paso de larva a capullo y de capullo a linda mariposita y ese es mi estado actual, el de mariposa que todo lo vuela y que de todo o de casi todo se entera. Ahora bien, paso de mariposa a cabrón si alguien me irrita mucho o me escupe a la cara o como decía en el anterior escrito, aprueba unas oposiciones por su puta cara de pijo y claro, por su buen e influyente padrino de turno.
A mi la sangre no solo alimenta mis células de oxígeno, pues también me sirve de termostato y si la sangre hierve yo hiervo con ellas y acabo poniéndome carioco o como le pasó a la niña del exorcista, y me cabeza se pone a dar vueltas a lo loco y sin cntrol ninguno. Yo no puedo con los crápulas o con los niños bonitos, igual que no puedo con los de la Tuna y su historia de "clavelitos" y "que triste se queda Fonseca" y porque unos y otros son especies en período de extinción, pero que por desgracia, aún existen o aún muestran su asquerosa colita toda `pija. Y pijos y tunos y tunos y pijos y tiro porque me toca y ya si juntamos a un pijo con un tuno y sale un pijotuno, entonces puede arder Troya y la Facultad de donde proceden o de la que dicen proceder, porque como todos son dinosaurios universitarios, puede resultar que esa Facultad haya cambiado de sitio o de nombre o incluso que ahora esté desaparecida
La verdad, es que pienso que hay muchas cosas que me hacen hervir la sangre, pero de todas saco la misma conclusión y que es: que siempre son personas rastreras o que son animales que anidan en las basuras de la vida o en los estercoleros del miedo, es decir, son ratas de alcantarilla disfrazadas de personas y yo no les tengo miedo y menos les tengo respeto, pues éste mismo pensamiento lo tuve hace más de 30 años y mira por donde los pijos ahora se esconden o por lo menos, lo disimulan y a los tunos les quedan dos telediarios y yo espero que antes de morir tenga el placer de oír que éstas dos subespecies han desaparecido de la faz de la tierra y porque sino, yo vuelvo a resucitar y me los cargo de uno en uno.

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