Te has parado a pensar
en que por aquí no pasa nadie,
ni el amigo perdido
ni el vecino de al lado,
ni siquiera el de más allá del otro lado,
en éste barco sólo hay un navegante y un polizón,
seguiremos tú y yo juntos en el mismo barco,
los dos, como siempre solos,
pero con el mismo rumbo,
pero con la misma meta
y con la mismo destino a cuestas.

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