NO ACORDARTE...

 

Yo veo a esa pobre anciana encorvada,

doblada en dos imposibles mitades,

mitad retorcida sobre su propio eje

la otra mitad herrumbre oxidada, rígida y empastada...

Yo la veo y me estremezco,

no puedo evitarlo...

lo mío es tratar de ver lo que ven sus ojos,

es sentir la caída de sus párpados viejos,

es madrugar como ella madruga cada mañana,

es tropezar con el mismo mueble que siempre se pone por el medio,

es caer como un peso muerto y hasta el último peldaño

y allí hacerte alfombra 

y no acordarte de porque caíste

ni siquiera sabes lo que eras antes de caer.

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JULIO CORTÁZAR