Y los sueños, ¿que pasa con los sueños?. Me refiero a esos objetivos que te marcas que están en la linde que separa la realidad objetiva de la subjetividad y que a veces parecen más reales de lo que realmente son. Pues nada, que hay días que están al alcance de tu mano y en cambio hay otros días, que son inalcanzables. Pero hay días en que simplemente los puedes pellizcar y eso ya es un trocito de sueño con el que te puedes quedar. Y sumando y sumando y en plan hormiguita, puedes realizar de vez en cuando, uno de tus numerosos sueños.
Porque sino se ve así, ¿de que otra manera se puede ver?. Si nos revolcamos en el fracaso, si nos envolvemos en mantos de mediocridad y dejáramos de perseguir los sueños, en consecuencia acabaríamos abrazados a la causa de la depresión. Y esa es mi opinión y es más, es mi aseveración. Y yo no soy dios, pero si soy alguien y además yo no pretendo llegar a ser dios, yo sólo pretendo decir que los seres humanos tenemos nuestros pequeños y propios sueños. Y cuando realizas uno, te llena de tal manera... que es verdad que te crees un semidios pero siempre con los pies en la tierra.

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