Yo no me doy cuenta, pero esto de escribir cansa mucho y no me entero que hay días en que estoy agotado y raro. Me pasa lógicamente al día siguiente de parir 6 u 8 escritos. Pues nada erre que erre, pues ese día estoy convencido, que todo se acabó y que mañana podrá venir el fin del mundo. Eso me pasó ayer y hoy ya vuelvo a estar por mis fueros, así que arreando, que es gerundio. Ahora y mientras escribo, mi hijo pequeño me enseña una película que versa sobre una historia de amor. Y digo yo, ¿tengo ganas de una historia de amor?. pues creo que no, por querer todo se quiere, pero yo soy consciente de que no es mi momento y ni sé cuando será. Claro que a lo mejor uno espera su momento estelar y a la vuelta de la esquina, va y te quedas colgado de la primera historia que te aparece. Todo puede pasar, pero yo sé que ahora no es mi momento para tener una historia de amor. Yo ahora necesito otro tipo de historias, me encantaría dar una vuelta al mundo y no en 80 días, por lo menos que fuera 1 año y como soñar no cuesta pasta, pues lo sigo deseando. me conformaré en dar una vuelta a la Isla donde vivo y el resto tendré que imaginarlo.
Como hizo en mi tierra gallega un indiano visionario, que se montó el mundo en la puerta de su casa, en concreto en Betanzos (Galicia). El tío se hizo construir la representación del mundo en unos cuantos cientos de metros cuadrados y representó lo que para él era lo más importante del mundo. Vamos lo que se supone que tiene que ser: las pirámides, la muralla china, el imperio inca, el Amazonas, el imperio romano y alguna más que ahora mismo no recuerdo. Y todo tallado en piedra de granito, que por supuesto él no talló.
Bueno pues eso, al tío lo veo sin salir del pueblo o ciudad donde se fue a currar y durante nosecuantos años y currando en plan esclavo y ya de vuelta a su hogar y sin conocer nada más, se pone al mundo a unos cuantos metros o sea a sus pies y en conclusión plantó al mundo en el jardín de su casa. Yo no voy a construir nada, porque no sé y porque no quiero, pero dada mi imaginación efervescente, no tendré mucho problema de viajar alrededor del mundo. Ah!! y si no me creéis lo que hizo mi paisano indiano, os dejo dos muestras en forma de fotografía. Es digno de verse y el pueblo de Betanzos lo es aún más, es un monumento al granito y a la imaginación (se puede ver en las fotos) y sus plazas e iglesias. y... y... y ¡hay que verlo y sentirlo!.
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