Y así es la historia. Tú venga escribir cosas y cosas y también muchas tonterías y llega un colgado que solo sabe ver tornillitos, maderas y pegamentos (cosa muy loable, pero tampoco es para montarle una fiesta) y va y triunfa. Es como la moda de los palés y coges un palé de madera y lo transformas en una mesilla de noche o en coche todo terreno y así de repente, te conviertes en el rey del mambo. Ya eres un tío creativo, ya eres una puta máquina transformadora de palés. Y ahí si que las marcas comerciales ven la chicha al asunto, anuncios de tornillos, pegamentos, desbrozadoras, cortacespedes, cintas transportadoras y palés de última moda.
Y la verdad es que yo vivo muy bien sin anuncios, porque la fiebre que tuve al principio de esta aventura (estaba a dos velas) con el paso del tiempo se fue enfriando y ahora estoy a una vela. Cosas que una aprende en la vejez y es un ejemplo de que en la vejez también se puede aprender. Y el argumento del rechazo para esa publicidad es muy evidente: "Señor el contenido de su Blog no es compatible con ningún tipo de anuncio", pero siga intentándolo, que es una manera de llamarte gilipollas a la cara y lo digo sobre todo, por lo de "siga intentándolo". Y el contenido de mi Blog que no sea compatible con sus anuncios, me llena de satisfacción, porque indica que voy por el buen camino. El día en que me digan, en su Blog vamos a poner un anuncio de preservativos (porque de otra cosa no me entra en la cabeza), creo que cerraré el Blog.
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