¿Y qué os parece ésta foto?. Son dos water o dos inodoros juntos o sea sin pared por el medio. Y eso se le ocurrió a un brillante arquitecto que no sabe de lo que comer e hizo éste prototipo de cagaderos. Brillante idea tuvo el tío, ¡un cagadero común!. Pero yo lo apoyo, pues me parece muy original (¡manda carallo!) y también muy funcional.
Éste cagadero común nos puede facilitar muchas cosas, a saber. Primero que aumenta nuestro número de posibilidades para quedar con alguien. Pues si hasta ahora el tema iba sobre lo mismo, es decir: ¿quedamos para cenar hoy?, pues nada, ahora tenemos otra opción más, ¿qué?, ¡quedamos para cagar los dos juntos?. Y ya está y cada uno en su trona y ¡hala! a echar pedos primero.
Después, se puede oír el sonido de cada cagarro y cuando cae al agua. Tercero, ese olor entremezclado como si fuera café colombiano mezclado con brasileño y que une aún más a la pareja. Cuarto, se puede entablar una conversación íntima y más íntima imposible, pues después de cagar juntos, ya no puede haber algo más profundo. Quinto, y si es amigo o conocido, se puede aprovechar para echarse unas pajitas mutuamente y hasta se puede ir cambiando de manos, ahora te la echo con la derecha y tú a mi con la izquierda y después, tío, cambiamos.
Sexto, el postre, el postre consiste en limpiarse el culo el uno al otro y comentar densidades, tú cagas muy suelto y ensucias mucho la taza y tú cagas unos zurullos muy duros y eso produce cáncer. También tiene su parte terapeútica, pues puedes comprobar en el papel del water si el otro o la otra, tienen huevos de gusanos o LOMBRICES. Y si la tía tiene la regla, le puedes ayudar a cambiarse la compresa. Como veis son demasiadas ventajas como para rechazar éste idea tan innovadora.
¡Cagar juntos y en plan romántico!, pues también puedes apagar la luz y poner velas a destajo y si me apuráis, hasta se puede poner delante una pantalla panorámica y así se completa el círculo, cagada juntos y con velas y con una conversación fluída e íntima y también sincera y viendo una película de amor y lujo y cuando los protas se dan un beso amoroso, los dos que cagan se pueden dar otro y al mismo tiempo que se oye el choff!! de la cagada. Más romántico, ¡es imposible!.
Éste cagadero común nos puede facilitar muchas cosas, a saber. Primero que aumenta nuestro número de posibilidades para quedar con alguien. Pues si hasta ahora el tema iba sobre lo mismo, es decir: ¿quedamos para cenar hoy?, pues nada, ahora tenemos otra opción más, ¿qué?, ¡quedamos para cagar los dos juntos?. Y ya está y cada uno en su trona y ¡hala! a echar pedos primero.
Después, se puede oír el sonido de cada cagarro y cuando cae al agua. Tercero, ese olor entremezclado como si fuera café colombiano mezclado con brasileño y que une aún más a la pareja. Cuarto, se puede entablar una conversación íntima y más íntima imposible, pues después de cagar juntos, ya no puede haber algo más profundo. Quinto, y si es amigo o conocido, se puede aprovechar para echarse unas pajitas mutuamente y hasta se puede ir cambiando de manos, ahora te la echo con la derecha y tú a mi con la izquierda y después, tío, cambiamos.
Sexto, el postre, el postre consiste en limpiarse el culo el uno al otro y comentar densidades, tú cagas muy suelto y ensucias mucho la taza y tú cagas unos zurullos muy duros y eso produce cáncer. También tiene su parte terapeútica, pues puedes comprobar en el papel del water si el otro o la otra, tienen huevos de gusanos o LOMBRICES. Y si la tía tiene la regla, le puedes ayudar a cambiarse la compresa. Como veis son demasiadas ventajas como para rechazar éste idea tan innovadora.
¡Cagar juntos y en plan romántico!, pues también puedes apagar la luz y poner velas a destajo y si me apuráis, hasta se puede poner delante una pantalla panorámica y así se completa el círculo, cagada juntos y con velas y con una conversación fluída e íntima y también sincera y viendo una película de amor y lujo y cuando los protas se dan un beso amoroso, los dos que cagan se pueden dar otro y al mismo tiempo que se oye el choff!! de la cagada. Más romántico, ¡es imposible!.

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