
Supongo que la vida es así,
así de impredecible,
y así de dura y así de caótica,
hoy te regalo un beso
y mañana te doy la patada,
y un minuto puede ser intenso
y más intenso que todo un año,
y un segundo puede ser inverso,
y piensas que ya ha pasado
y resulta que no ha empezado,
y yo supongo que sí,
supongo que la vida es un regalo,
o ¿es un regalo envenenado?,
a veces pienso que si estoy aquí,
que será por algo,
y busco esa algo en la historia,
y araño con fuerza en mi memoria,
y los recuerdos no me dicen nada,
ni la historia me aporta datos,
en blanco me quedo,
y en blanco y negro,
y no sé que es peor,
si el blanco inmaculado y sin pecado,
o el negro sucio y en papel de carbonilla,
yo me quedo con el yin y con el yang,
y me quedo con las dos caras de la luna,
la clara y la que irradia,
y la oculta o la reina de la noche,
y porque al fin, yo soy como la luna,
tengo una cara de buena persona,
y en el reverso,
guardo mi cara malvada,
y a éstas alturas,
yo tengo claro,
que soy un hombre con dos caras.
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