LAS RESACAS

Buenos días. Hoy es Viernes día 4 de Marzo y hoy me he levantado especialmente empanado. No sé el motivo, quizá que durmiera regular o que hoy está el viento desatado o porque no todos los días tengo que estar clarividente, ¡yo que sé!. El caso es que estoy tonto o medio tonto y punto. Siempre me pasa después de un día de intensa escritura y ayer fue un día de esos, me queda como una especie de resaca seca.

 Sí resaca seca, pues hay dos tipos de resaca: la resaca húmeda, que es producto de mojarte hasta el cuello en alcohol  y la resaca seca, que es debida al exceso de pastilleo hipnótico o sea de exceso de pastillas para sobar.  Bueno yo no tomé nada, pero voy a innovar e introduzco un nuevo subtipo de resaca seca, la del exceso de escritura. Para que después digan las malas lenguas que yo no aporto y solo critico. Bueno es verdad, que también hay la resaca mixta, en la que se combinan los dos tipos de excesos, el alcohol y el pastilleo y ésta si que te deja medio muerto.

Yo he probado todos esos tipos de resaca y tampoco lo digo para enorgullecerme de semejante estupidez, pero lo digo porque así fue y así pasó. El principal problema de estos tipos de abuso, no es la  resaca del día siguiente, su principal problema viene a medio o largo plazo, pues te van fundiendo neurona tras neurona y llega un momento en que la memoria hace aguas y la inteligencia va detrás.

 Pero claro de esto solo te das cuenta cuando sales de la colgadera que producen ambas sustancias, pues de repente te empiezas a acordar de cosas completamente olvidadas y el nivel de raciocinio va in crescendo hasta el infinito. Es como si volvieras a renacer, pero con el bagaje de tu experiencia y con todo lo aprendido.

 Aparte del componente depresivo que van produciendo y entonces ya se empieza a cerrar el círculo. Te levantas echo mierda y te embotas a cafés, después varias birritas para caldear el cuerpo, después otras más para colocarte un poco más, después viene la tarde que nunca se pasa y porque solo esperas el momento de darle de nuevo a la botella y así lo haces y al final del día y como postre, unas pastillitas para sobar el colocón que llevas encima y ya está, ésta es en resumen, la pescadilla que se muerde la cola.

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JULIO CORTÁZAR