MONÓLOGOS

Me doy cuenta que lo mío son los monólogos y no los diálogos y no sé si es porque quiero que sea así o porque no me queda otra. Porque mi primera intención era otra, era que todo dios participara sobre lo que escribo, por lo menos que participara el máximo número de los que me leyeran. Y observo números de comentarios ínfimos y en cambio el número de páginas vistas sí que aumentan, entonces no hay una relación proporcional. Por eso llego a preguntarme de si de alguna manera yo soy el que fallo. Quizá diga las cosas demasiado mascadas o demasiado seguras.

Yo que sé, pues yo digo las cosas tal como me salen y eso no tiene remedio, ni solución por mi parte. Pues esa era mi principal intención, el decir todo lo que pienso y todo lo que hago. Bueno no sé si todo, pero casi todo. Será así y punto, pues por mi parte ya es demasiado tarde para cambiar de estilo y además me gusta ese estilo, me gusta que las cosas salgan bravas y brutas y descarnadas y duras. Me gusta decir verdades como puños y al pan, pan y al vino, vino. Y no hago una excepción conmigo mismo, pues me meto la misma caña que le meto a los demás.

Además yo creo que es una filosofía de vida y eso es intocable y por tanto, no es negociable. Y quizá sea un efecto rebote, pues venía de otra etapa done me caracterizaba por ser blandito y grimoso. Vamos que andaba entre algodones y susceptible y suspicaz y sobre todo desconfiado conmigo y hacia el entorno. Y los cambios no se hacen a poquitos, los cambios en su principio siempre son radicales, pues no serían cambios, serían simplemente reformas y tiene que haber ese punto de ruptura con tu anterior historia o lo que también se llama, hacer un salto cualitativo.

Es muy sencillo lo que quiero decir, cada cambio cualitativo es igual a decir cambio de ciclo y creo que por eso nunca somos iguales, tenemos una base que se conserva siempre y es la que nos marca nuestro carácter y forma de ser, pero después por el resto somos según el ciclo en el que estemos. Porque sino menudo aburrimiento, y uno nacería igual que cuando muere. Y yo puedo asegurar que he sido varios Brunos en ésta vida y aún me falta por ser alguno más y puede que sea el mejor o el peor de los Brunos, pero yo espero ser el mejor y así darle un punto final a mi vida y para eso aún queda mucho más que mucho.

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JULIO CORTÁZAR