LA GERENTOADOLESCENCIA

Hoy leí algo sobre la Gerentoadolescencia o sea sobre la adolescencia de los viejos, que abarca ese período entre los 65 a los 80 años, más o menos y la verdad es que solo me quedé con el nombre y el artículo no lo leí, pero me apetecía hacer unas reflexiones sobre éste tema, aparte del artículo y que por cierto,  ya leeré próximamente. Yo aún no he llegado, pero estoy cerca y a sólo 8 años de empezar mi adolescencia viejuna. Y es verdad que éste período existe y como es lógico no se produce en todos los viejos, pero sí en algunos. Se hacen cosas que no se hicieron antes y porque no se pudo o porque no les dejaron y si  se produce una especie de subidón hormonal y que aún está por determinar que sustancias actúan, pero están más que claras sus manifestaciones evidentes.

Algunos les da por escribir, como es mi caso, pero hay muchos otros. A otros por viajar lo que nunca viajaron y ya sea por medios propios o por el Inserso o en lo que les da la gana. A algunos les da por imbuirse en un estado reflexivo y analizan su vida desde todas las perspectivas. Y por último los hay que se meten a fondo en los hobbies siempre pendientes y ahora se dan el gusto al tener tiempo para realizarlos. Y por supuesto ganas, pues sin ganas no se hace nada. También hay los de la partida en el bar y el pasar la tarde contando a las moscas, pero esa es quizá la tarea menos productiva de todas, la de contar las moscas y porque no te pagan y porque no te sirve para nada.

Y no puedo olvidarme de los que están mal, de los que le devoró una enfermedad y ya sea física como psíquica y dentro de éstos hay algunos que tienen la fuerza de un roble añejo y siguen de pie al pie del cañón y enfrentándose a la muerte y sin  tener miedo. Bueno no tener miedo relativamente, tampoco hay que endiosar a nadie, pues el miedo es inherente a nuestra condición como seres humanos y algo de miedo siempre se tiene. Pero bueno, lo que yo quiero decir, es que ellos no se doblegan ante el miedo.

Bueno pues a todos éstos señores y señoras, algún día habría que hacerles un homenaje y porque hay que tener mucho valor encima y unas ganas de vivir inmensas. Porque tienen mucho y muchísimo mérito, pues con la carcasa ya envejecida y oxidada y poniendo parches para seguir tirando y en cambio de moral, están fuertes como robles y tienen más iniciativas que un joven de 17 años. El único problema que tienen, es que nadie los escucha y eso que un árbol viejo sabe mucho más que uno que está creciendo. La sapiencia mayor la da la experiencia, después el interés y también el conocimiento y todos estos ingredientes los puede tener un viejo cualquiera o un viejo como voy a ser YO:.

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JULIO CORTÁZAR