No sé, pero la guardia de ayer Domingo fue más bien anodina, con cuatro avisos y todos fueron ligths. Y no sé el porqué, pero con la llegada del Verano me sube el olor de la sangre a la cabeza y quiero cosas difíciles y sangre por todos lados. Yo sólo hablo de lo que me dice mi instinto y no lo que me dice la lógica, porque lógicamente, ¿como voy a querer sangre?, si debía ser lo contrario y solo querer calma chicha. Pero mi instinto es poderoso y en ésta época de principios de Verano se manifiesta como si estuviera poseído. Y en cada guardia y cuando suena el teléfono ese demonio me dice, sangre y más sangre, es lo que quiero.
Bueno la verdad que me gusta y me entusiasma el olor y el color de la sangre, pero no por ello quiero que nadie se desangre. Es una contradicción que tengo dentro de mi, que quiero sangre, pero no quiero que nadie se desangre. Y esto que digo me pasa en todos los principios de Verano y hace dos años y en vista que en ésta Isla no corría la sangre a raudales, me fui a Mallorca y busca de ríos sanguinolentos y allí me puse las botas y me reciclé y porque siempre se aprende algo nuevo y de paso me quité el mono que tenía. Y mira que intento controlarme y no hay manera y también puede que sea por la suelta de adrenalina.
Pues en los casos muy jodidos y sangrientos la suelta de adrenalina es bestial. Y claro después vas a un infarto y todo te resulta tan sencillo, que no te quedas satisfecho. Falta el subidón de la dopamina y de las endorfinas, falta el ponerte como una moto y a 200 por hora y al mismo tiempo controlando todo. Falta esa sensación de que todo depende de ti, de como lo hagas o de como la cagas y falta ese poder que tienes durante un instante y de que esa vida está en tus manos. Bueno hay casos que no solo dependen de ti, pues dependen del estado del paciente, pero que tu inclines la balanza para un lado o para el otro, ese te pone y como te pone, bueno te pone, si la inclinas para el lado vital, claro. Y en conclusión y en ésta época, yo sólo tengo sensación de querer sangre. A lo mejor es porque en Verano hay más accidentes y más jodidos y entones me pasa, que ya la estoy oliendo.
Bueno la verdad que me gusta y me entusiasma el olor y el color de la sangre, pero no por ello quiero que nadie se desangre. Es una contradicción que tengo dentro de mi, que quiero sangre, pero no quiero que nadie se desangre. Y esto que digo me pasa en todos los principios de Verano y hace dos años y en vista que en ésta Isla no corría la sangre a raudales, me fui a Mallorca y busca de ríos sanguinolentos y allí me puse las botas y me reciclé y porque siempre se aprende algo nuevo y de paso me quité el mono que tenía. Y mira que intento controlarme y no hay manera y también puede que sea por la suelta de adrenalina.Pues en los casos muy jodidos y sangrientos la suelta de adrenalina es bestial. Y claro después vas a un infarto y todo te resulta tan sencillo, que no te quedas satisfecho. Falta el subidón de la dopamina y de las endorfinas, falta el ponerte como una moto y a 200 por hora y al mismo tiempo controlando todo. Falta esa sensación de que todo depende de ti, de como lo hagas o de como la cagas y falta ese poder que tienes durante un instante y de que esa vida está en tus manos. Bueno hay casos que no solo dependen de ti, pues dependen del estado del paciente, pero que tu inclines la balanza para un lado o para el otro, ese te pone y como te pone, bueno te pone, si la inclinas para el lado vital, claro. Y en conclusión y en ésta época, yo sólo tengo sensación de querer sangre. A lo mejor es porque en Verano hay más accidentes y más jodidos y entones me pasa, que ya la estoy oliendo.
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