Y hoy tengo claro que escribo en contra de los elementos, pues hay evidentes aires de tormenta. El cielo está denso y espeso y extraordinariamente húmedo y tal como si se pudiera cortar con un cuchillo. Después pasa, que no para de sonar el teléfono de continuo y mensajes y viene un hijo y después el otro y por último el siguiente y todos diciendo las mayores gilipolladas. Vamos que hoy no desentona la tontería, la tontería es el lema del día y yo me tengo que hacer a ello.
Por mucho que se diga, el clima marca parte de tu vida y eso no tiene vuelta de hoja. Y días como hoy, son propicios para la Rissatga, que es un fenómeno natural que se da en ésta Isla y supongo que en algunas otras y que consiste en que primero el mar es succionado y entonces la marea baja más que nunca y en que después y en consecuencia, el mar sube lo indecible, lo indecible para lo que es el Mediterráneo. El mar es tragado y después es devuelto, pero eso sólo pasa a veces y pasa en días como estos, espesos y plomizos. Ahora ni puta idea porque ese fenómeno pasa, se habla de volcanes subterráneos y demás zarandajas, pero de momento no está demostrado.
Por mucho que se diga, el clima marca parte de tu vida y eso no tiene vuelta de hoja. Y días como hoy, son propicios para la Rissatga, que es un fenómeno natural que se da en ésta Isla y supongo que en algunas otras y que consiste en que primero el mar es succionado y entonces la marea baja más que nunca y en que después y en consecuencia, el mar sube lo indecible, lo indecible para lo que es el Mediterráneo. El mar es tragado y después es devuelto, pero eso sólo pasa a veces y pasa en días como estos, espesos y plomizos. Ahora ni puta idea porque ese fenómeno pasa, se habla de volcanes subterráneos y demás zarandajas, pero de momento no está demostrado.
Joder pues si un día como el de hoy afecta al mar, ¿como no va a afectar a las personas?. A nosotros nos afecta por lo empanados que estamos, sin ganas, como muy dejados o como tirados y sobre todo lentos y muy lentos de pensamientos. Menos yo, que me encuentro con el gatillo fácil y disparo pensamientos a todo lo que se menea. De mente rápido y rapidísimo, pero lento de movimientos y flojo en los desplazamientos. Cuerpo de caribeño, como se dice por esos lares, y es cuando te arrastras buscando las sombras de un cocotero. Yo del Caribe me quedo con las postales, que son preciosas de necesidad, pero les dejo con su clima de humedad permanente, porque si ya no puedo sobrevivir aquí y por la humedad reinante, que sería de mi vida si tuviera que boquear como un pez fuera del agua en cada día de mi existencia.
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