¡HE DICHO!

Y como decía el más hortera de los cantantes españoles, el tal Fari, pues que a mi no van los hombres blandengues, esos que van con los carros de la compra o con la de los niños, pues las mujeres son muy pícaras y saben como mandar sobre los hombres. Esto es un resumen y hay más y sobre lo mismo, y dijo el tío en una entrevista por la tele. Y claro que yo me puse a pensar que a lo mejor lo que hay que hacer es implantar de nuevo los campos de reeducación, esos que hicieron en épocas de Mao en China. Porque vamos a ver, con descerebrados así, que más se puede hacer que encerrarlos a cal y canto y en una cárcel de alta seguridad y hasta que cambien de idea o mejor dicho, hasta que se hagan trasplantes de cerebro.

Porque los tíos así tan machos, no cambian, no cambian y aunque vuelvan a nacer de nuevo. Ya se puede caer el mundo que ellos no van a cambiar sus pensamientos, ellos se sostienen en su pilar de macho alfa y prepotente y el caso es que lo hacen y sobre todo, que se lo creen. Porque hay público que les gustan sus palabras y lo aplauden y lo ensalzan por tener el valor de decirlas. O sea que encima el tío queda ante un sector de la población como un héroe y como un rebelde ante tanto blandengue que hay hoy en día.

Pues ya vería el Fari si yo soy un blandengue y que pena no tenerlo delante y porque partirle la cara se me quedaría corto. Y que nadie me venga con filosofía barata y de que así no se arreglan las cosas, pues no estoy de acuerdo para nada. Hay señores o animales, que sólo entienden a palos y cuanto más fuertes, pues mejor o como se decía antes, la letra con sangre entra y punto y pelota. Y sino se puede hacer trasplante de persona a persona, pues que se le implante el de una hormiga o el de una cucaracha, pues siempre será más lúcido que el que tiene actualmente. ¡He dicho!.