IMPACIENTE

Pues ya estamos en el postpandrio de comida derretida. Que no es tan pesado como la otra, pero tengo que recubrirla con un rico helado y por eso de rellenar el agujero. Por tanto ya estamos en plena tarde y  la tarde y por mis cojones tiene que ser mejor que la mañana. Hoy estoy impaciente, estoy en uno de esos días raros en que parece que todo el día tengo prisa y quiero las cosas claras y al momento y no las cosas suspendidas en palabras o frases inacabadas. Hoy dividiría al mundo en dos frentes, los pacientes y los impacientes y yo al frente de estos últimos.

Y no es que quiera estar así, simplemente digo el como estoy y que además no domino. Es más fuerte esa quemazón que llevo dentro que mi propio pensamiento y por eso no me da tiempo a pensar las cosas, me sale antes el instinto y se me escapan los gestos y las miradas de impaciencia. O sea que hoy no hay quien me aguante, porque yo tampoco soporto a los impacientes. Y si me pongo en el otro lado de la película, me veo y pienso, menudo tío tío calavera, así ni te aguantas ni a ti mismo. Lo veo y lo sé, pero no sé que hacer para calmarme.

Desde luego no me voy a dopar por ello, ni me voy a lanzar a la botella, ni me zamparé un valium, ni nada parecido. Ya creo que le dí lo suficiente en ésta vida a todo. Y además que no me sirvió para nada. Yo ahora a puto pelo y si estoy medio zumbado como estoy hoy, pues me responsabilizaré de ello. Lo único que puedo hacer hoy es evitar a la gente, porque ir de caballo desbocado siempre trae sus consecuencias y empiezan las preguntas que más incordian y que te pasa tío y porque me miras así y porqué gesticulas tanto y ... y... y. Y qué les voy a contar a todos, que hoy soy un impaciente de mierda y además, que no puedo remediarlo.

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JULIO CORTÁZAR