Para ser justos y ecuánimes, para dilucidar entre dos verdades, hay que saber andar entre dos aguas. Y parece fácil, andas en una y después en la otra y ya está, ya has andado por las dos aguas. Claro que a lo mejor una te atrapa y te dejas llevar por su corriente y entonces la objetividad se va al carajo. Y lo más difícil de todo, es que si en una de esas aguas estás tú, tú y valorándote. O sea que valoras a otra persona, pero también te valoras tú y en referencia a la otra persona. Aquí si que patinas y es que es imposible no patinar, porque por mucho que uno no quiera, siempre se intenta llevar el ascua a tu hoguera.
De ahí que siempre se hable de un agente externo o de alguien que pueda valorar los dos polos del asunto. Vamos un listillo de las relaciones humanas, un psicólogo, un terapeuta, o un psiquiatra. Pero ese listillo previamente tiene que ser trigo limpio y por tanto debe liberarse de todos sus prejuicios. Le llaman autoterapia, que es como un cuento chino mal contado. Pues por mucha autoterapia que el tío se haga, si el tío es gilipollas lo seguirá siendo y digo gilipollas, como imbécil o como estúpido. Una cosa es intentar afinar a una persona y otra cosa es intentar cambiarla. O sea que hay cosas que se pueden limar y amoldar, pero lo que no se puede hacer es cambiar su estructura.
Y en temas relacionados con los seres humanos, la estructura es la misma personalidad. Te pueden enseñar a saber oír, a escuchar, a hablar cuando toca, a comprender, a sentirte mejor, pero no te pueden enseñar a que seas otro. Bueno hay herramientas que si se pueden enseñar, pero el uso de éstas dependen sólo de ti, del uso que les des. Y un tío que es Paranoico, siempre será paranoico, sólo le puedes enseñar a controlar su paranoia, pero no puedes conseguir que se haga un tío flexible. La estructura se mantiene sólida y al final, sólo puedes limar las aristas. Que´ya es bastante, pero que no lo es todo.
De ahí que siempre se hable de un agente externo o de alguien que pueda valorar los dos polos del asunto. Vamos un listillo de las relaciones humanas, un psicólogo, un terapeuta, o un psiquiatra. Pero ese listillo previamente tiene que ser trigo limpio y por tanto debe liberarse de todos sus prejuicios. Le llaman autoterapia, que es como un cuento chino mal contado. Pues por mucha autoterapia que el tío se haga, si el tío es gilipollas lo seguirá siendo y digo gilipollas, como imbécil o como estúpido. Una cosa es intentar afinar a una persona y otra cosa es intentar cambiarla. O sea que hay cosas que se pueden limar y amoldar, pero lo que no se puede hacer es cambiar su estructura.Y en temas relacionados con los seres humanos, la estructura es la misma personalidad. Te pueden enseñar a saber oír, a escuchar, a hablar cuando toca, a comprender, a sentirte mejor, pero no te pueden enseñar a que seas otro. Bueno hay herramientas que si se pueden enseñar, pero el uso de éstas dependen sólo de ti, del uso que les des. Y un tío que es Paranoico, siempre será paranoico, sólo le puedes enseñar a controlar su paranoia, pero no puedes conseguir que se haga un tío flexible. La estructura se mantiene sólida y al final, sólo puedes limar las aristas. Que´ya es bastante, pero que no lo es todo.
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