¡NORMAL!

Sí señor la gente se divierte y queda y se habla...
y se entretiene y se baña en la playa....
y tienen amigos y también enemigos, pero la gente en sí, se busca la vida.

Y yo sigo en plan ermitaño, encerrado en mi cueva y a cal y canto. Y ya van para dos años, dos años de encierro consentido, dos años de ser mi único amigo, dos años de hablar conmigo mismo, de...de...de....
De que me voy a volver loco, de que cuando me veo en el espejo ya no me reconozco, de que soy mi propio esclavo y mientras tanto la gente creo que se divierte...
   
                Pero yo también me divierto y si estoy encerrado es porque yo quiero. Lo que pasa es que el tiempo pasa y yo estoy dos años más viejo y poco a cambiado bajo el espeso cielo de verano. Mi vejez ha cambiado un poco y mi onda interna también, ahora evoluciono hacia no sé donde, pero evoluciono positivamente. Y digo positivamente, porque yo lo noto, pues uno sabe cuando se encuentra bien. Una corriente interior, un orgasmo, un espasmo, un calambre y una convulsión, da igual el nombre, el caso es que esa descarga recorre mi espalda y desde mi nuca hasta el talón.

No sé, pero si me encuentro bien así ¿porque quiero cambiar?. En realidad no lo sé, pero cuando veo pasar a la gente me entran ganas de ser normal. Normal y quedar y hablar y soñar y salir y jugar y entonces ser uno más y entre los demás. Pero poco dura esa alucinación, en un minuto noto de nuevo ese calor interior y que es producto de mi propia de satisfacción y entonces me envuelvo en mi propia normalidad y así me quedo yo, satisfecho del como soy.

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JULIO CORTÁZAR